Cabeza de Manzaneda
20:58A inicios de año hicimos un viaje a Cabeza de Manzaneda. Con el clima tan desapacible en aquellos momentos, con un frio que devoraba los huesos y una lluvia que no cesaba, esperábamos encontrar la montaña toda nevada.
Reservamos hotel en Ourense y lo organizamos todo para que no fallara nada. Salimos muy temprano de Pontevedra, poco después de que el gallo nos deleitara con su canto. El sol no se vislumbraba en un cielo gris. Yo estaba emocionadísimo, era la primera vez que iba a Manzaneda y mi primer contacto con la nieve.
Llegamos a Ourense sin problemas. Poco después pusimos el GPS del móvil para dejarnos guiar mientras disfrutábamos del paisaje.
Poco a poco el sol iba haciendo presencia. Cada vez con más intensidad. Nos mirábamos mientras el sol nos iba cegando. Parecía mentira que el tiempo estuviera tan loco. ¿Dónde está el frio?. ¿Dónde está la lluvia? ¿Qué está pasando? ¿Pero qué invento es éste?
Las montañas aparecían discretamente. Mirábamos a una y a otra buscando algún manto blanco. Se veía todo limpio y despejado.
Entre el GPS del móvil y las pocas indicaciones nos metimos por un camino en el que casi nos matamos. El vehículo que circulaba delante de nosotros freno en seco sin ningún motivo. Nosotros pudimos frenar para evitar la desgracia pero el camión que venia detrás de nosotros tuvo que hacer un adelantamiento para evitar males mayores. En ese momento fue un alivio de que no hubiese nieve ni placas de hielo en la carretera.
Llegamos a Cabeza de Manzaneda. Yo miraba de un lado a otro. Algo de nieve había por la montaña. Para algunos era poco. Para mí, era lo mas grande. Por poco que fuera, era mi momento. Mi primer encuentro con la nieve. Un momento inolvidable.
Cabe decir que las dos enormes maletas con equipaje de montaña no hicieron falta. Hacíamos senderismo por la estación de montaña ligeros de ropa como si estuviéramos en verano o primavera.
Allí éramos pocos, una familia con los niños jugando con la poca nieve que había, algún trabajador ultimando el equipo y un pequeño cervatillo que recordaba a Bambi.Hay que ver el lado bueno de las cosas. Vimos Cabeza de Manzaneda desde otro enfoque. Un silencio que solo se rompía por la brisa del viento. Las pistas desiertas, el telesilla parado y una luz perfecta para las fotografías.
Para la próxima buscaremos nieve en el Piornedo. Ya os contaré que tal.
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